sábado, 7 de abril de 2012

3,5-17.

 5En consecuencia, extirpad lo que hay de terreno en vosotros: lujuria, inmoralidad, pasión, deseos rastreros y codicia, que es una idolatría; 6eso es lo que atrae el castigo de Dios sobre los rebeldes. 7Entre ellos andabais también vosotros cuando vivíais de esta manera; 8ahora, en cambio, despojaos de todo eso: cólera, arrebatos de ira, malevolencia, insultos y groserías, ¡fuera de vuestra boca! 9Dejad de mentiros unos a otros, ya que os despojasteis del hombre que erais antes y de su manera de obrar 10y os vestisteis de ese hombre nuevo que por el conocimiento se va renovando a imagen de su Creador; 11y aquí no hay más griego ni judío, circunciso ni incircunciso, extranjero, bárbaro, esclavo ni libre: no, lo es todo y en todos Cristo.
                    12En vista de eso, como elegidos de Dios, consagrados y predilectos, vestíos de ternura entrañable, de agrado, humildad, sencillez, tolerancia; 13conllevaos mutuamente y perdonaos cuando uno tenga queja contra otro; el Señor os ha perdonado, haced vosotros lo mismo. 14Y, por encima, ceñíos el amor mutuo, que es el cinturón perfecto. 15Interiormente, la paz del Mesías tenga la última palabra; a esta paz os han llamado como miembros de un mismo cuerpo. Sed también agradecidos. 16El mensaje del Mesías habite entre vosotros en toda su riqueza: enseñaos y aconsejaos unos a otros lo mejor que sepáis; con agradecimiento cantad a Dios de corazón salmos, himnos y cánticos inspirados; 17y cualquier actividad vuestra, de palabra o de obra, hacedla en honor del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

EXPLICACIÓN.

5-17.         Nuevas relaciones interpersonales: actitud con el prójimo antes y ahora. Extirpad, lit. "matad; lo que hay de terreno, lit. "los miembros que están sobre la tierra". No pueden centrarse en el placer sexual ni en la codicia egoísta; el dinero se convierte en el dios del hombre (idolatría) (5-9). El cristiano es un hombre nuevo, un miembro de la nueva humanidad; pero no de modo estático, sino en continuo desarrollo (10). En la nueva humanidad, las diferencias de raza, religión, nacionalidad o estado social no constituyen privilegio; extranjero, en griego, "bárbaro", el que habla una lengua desconocida; bárbaro, lit. "escita", que se aplicaba a pueblos no civilizados (11).

                Relaciones humanas en la humanidad nueva: los sentimientos mutuos han de ser los que contribuyen a la unión y facilitan la convivencia. La consagración o pertenencia a la esfera de Dios, que en 1,2 exigía la fe y la esperanza, desemboca aquí en el amor de unos por otros (12-13). Las buenas disposiciones hacia los demás se comparan a prendas de vestir; las mantiene unidas y en su sitio el cinturón o faja, que es el amor mutuo (14). Tenga la última palabra, lit. "arbitre/sea árbitro". El Señor no llama a una espiritualidad individualista, sino a vivir como miembros de una comunidad (15). Han de ser cristianos a fondo, dejando que toda la vida quede penetrada por el amor mutuo; para ello, ayuda recíproca en un ambiente de alegría y de agradecimiento a Dios (16). Alegría y gratitud en la reunión cristiana y lo mismo en la actividad (17)                     

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